Las fuentes tradicionales de energía (petróleo, carbón, hidráulica, nuclear...) tienen capacidades limitadas de utilización, por las escasas reservas existentes, o bien son poco amables con el medio ambiente.
Existe un gran potencial de energía que todavía no se utiliza plenamente: las energías renovables.
Con el desarrollo tecnológico actual se puede conseguir un gran confort de uso y costes más bajos, tanto en la producción de agua caliente para a usos sanitarios, como para la calefacción o climatización.